- La mayoría son hombres con diversidad de nacionalidades.
- La mayoría son personas jóvenes entre 20 y 35 años, con situación administrativa regular.
- Se desplazan entre comunidades autónomas de España siguiendo las campañas agrícolas.
Son personas con grandes capacidades, resiliencia y fortaleza interior que les facilita sobrellevar las dificultades con las que se encuentran. Con ganas de aportar y contribuir a esta sociedad de acogida, demás de ayudar a sus familias que dejaron en sus países empobrecidos a cientos de kilómetros.
Un reto para estar alerta, en el silenciado mundo de los abusos que se puedan estar cometiendo con las personas en situación de mayor vulnerabilidad.
Y toda una oportunidad de aprendizaje y enriquecimiento mutuo en la construcción de comunidades abiertas.
A lo largo de su historia, Cáritas ha tenido el firme compromiso en el cambio de las causas que generan pobreza y exclusión, en la construcción de una sociedad y un mundo fraterno. Partiendo del acompañamiento a las personas, Cáritas incide en la vida pública para transformar las causas que generan pobreza y exclusión, y para proponer un modelo alternativo que nos implique como sociedad.
Cáritas camina junto a las Administraciones Públicas, Agentes Sociales (Patronal y Sindicatos), y Entidades del Tercer Sector en la edificación del bien común. El desarrollo no se reduce al simple crecimiento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, es decir, promover a todas las personas y a toda la persona. Cáritas tiene como objetivo conseguir una sociedad cohesionada y justa donde todas las personas quepan y participen a través de un cambio significativo en las estructuras sociales, económicas y políticas que producen pobreza y exclusión.
En el transcurso de las campañas agrícolas, por lo general, el empresario no suele proporcionar alojamiento a las personas temporeras.
Las personas trabajadoras que acuden a la zona tienen dificultad para encontrar vivienda en alquiler por la desconfianza hacia las personas temporeras y migrantes.
Al final, la única alternativa que tienen es un asentamiento, casa o nave abandonadas a las afueras de la localidad.
Observamos casos de incumplimiento del Convenio Colectivo de Trabajo Agrícola.
Se pueden dar condiciones laborales precarias: remuneración no proporcionada y ausencia de contratos.
Los intermediaros en contratación laboral aumentan las posibilidades de vulneración.
Si la persona está en situación administrativa irregular, se agrava esta dura realidad.
A veces, la presencia creciente en barrios y pueblos de personas temporeras de otros países se vive como una amenaza y fomenta una percepción negativa sobre la migración, con aptitudes que varían entre la indiferencia y el racismo.
Indiferencia mientras no den problemas, concibiéndose como mano de obra barata. No interesa conocer las circunstancias personales, familiares o laborales en las que se encuentran.
Racismo y aporofobia, no facilitando su participación en la comunidad, discriminándoles, aislándoles, despreciándoles, insultándoles…
El problema es complejo y requiere de respuestas conjuntas de la Administración Pública, el tejido empresarial, los sindicatos y las entidades del Tercer Sector presentes en la zona.
El compromiso personal en la mejora de las condiciones de vida de las personas migrantes puede canalizarse a través del voluntariado en las Cáritas parroquiales y la donación económica al programa Acción Social de Vivienda y Personas Sin Hogar Cáritas en la Región de Murcia.
La planificación facilita el trabajo durante toda la campaña agrícola.
Las distintas entidades -públicas y privadas- conforman una mesa de coordinación, de tal manera que cada quién pone sus recursos a disposición, completando los servicios para una atención digna y de calidad.
Llegamos a acuerdos concretos, en qué podemos comprometernos cada una de las partes.
Salvaguardar las necesidades básicas de las personas.
Las materiales se centran en disponer de un lugar donde dejar sus enseres personales, ropa, alimentación y medicamentos, aseo e higiene personal, alojamiento, recarga de su teléfono móvil, transporte en lugares de difícil acceso, asesoramiento sociojurídico, y orientación y mediación laboral.
Son claves los espacio donde estar, compartir, donde encontrarse con otras personas y protegerse de las temperaturas extremas.
Nos hacemos cargo de la situación por la que pueden estar pasando las personas temporeras. Dejan atrás el arraigo de la familia y de las amistades, y con la incertidumbre ante los cambios que trae una nueva realidad: relaciones, espacios y costumbres.
Es importante que las personas tengan el conocimiento de los derechos que le son inherentes y que pueden reclamar. En los Servicios Sociales del Ayuntamiento dispondrán de información y asesoramiento adecuados.
Cáritas Diócesis de Cartagena presenta la exposición fotográfica “Entre plásticos, el hogar se inventa cada día”, en la que acerca escenas de la vida diaria de las personas que se trasladaron a Cieza para trabajar como temporeros durante la campaña de la fruta de hueso 2025.